A día de hoy, con un hemiciclo caótico
dominado por la incertidumbre y unas nuevas elecciones cada vez más
palpables, volvería a hacerlo. Volvería a votar a Ciudadanos.
Desde el pasado 20 de
diciembre y después de haber visto y oído numerosas ruedas de
prensa, reuniones y declaraciones, me doy cuenta de que Ciudadanos
continúa siendo la opción más coherente y acorde con mis ideales. Expondré mis sencillas razones en este artículo.
Albert Rivera |
En estos momentos de transición
política, la capacidad de diálogo y el consenso han de imperar más
que nunca en nuestros dirigentes. El Congreso de los Diputados se
encuentra fragmentado y las mayorías absolutas son agua pasada,
impidiendo así la imposición de la totalidad del programa electoral
de no importa qué formación. Esto es lo que parece no calar en el
frontispicio de algunos, que pretenden que sus medidas sean llevadas
a cabo con apenas el 20% de los votos. Y es que, para adaptarnos a
esta nueva era política, nuestros representantes han de saber ceder en
determinadas cuestiones para así poder formar Gobiernos estables y
con futuro. La ambición no es buena compañera en el viaje político,
pues no permite ver al que peca de ella más allá del objetivo que
persigue. En ese sentido, Ciudadanos ha demostrado ser, junto con el
PSOE -todo hay que decirlo-, el único partido capaz de renunciar a
ciertos puntos de su ideario para poder llevar a cabo otros que
considera beneficiosos para España. Es lógico que tanto votantes de
Ciudadanos como del PSOE estén disgustados con algunas de las
medidas pactadas, pero es imposible que una legislatura sea del gusto
de todos y cada uno de los ciudadanos. Sin embargo, hemos de hacer
una valoración objetiva y global, y sólo entonces podremos aprobar
o suspender el paso dado por ambos partidos, que nos guste o no, es
hacia el frente. Negociar significa ceder, y al ceder abandonamos
-sólo momentáneamente- algunas ideas que, si son buenas, acabarán
sin duda por ejecutarse. Pero el mundo no se hizo en un día, y no se
puede pretender -ni prometer- cambiar un país de la noche a la
mañana.
Por otro lado, la ausencia de vetos por
parte de Ciudadanos demuestra la altura de miras de la que gozan.
Únicamente decidieron no sentarse a negociar con aquellas
formaciones que en su programa prometieron romper España, pues
sabían que un pacto con partidos nacionalistas pasaría por aceptar
la celebración de un referéndum, y Ciudadanos nació en Cataluña
precisamente para hacer frente al fraude secesionista y desenmascarar las mentiras
del independentismo. Sin embargo, no se cierran a sentarse y trabajar
junto a otros partidos, pese a que como es lógico, piensen
diferente. Otros, con la prepotencia que les caracteriza,
se sentarían con Rivera únicamente para decirle que no aceptarían
pactar ninguna de las medidas de su programa. Así lo hicieron Iglesias y los suyos el pasado miércoles en la reunión a tres en la cual decidieron dinamitar el pacto entre Sánchez y Rivera, dando las convenientes -o convenidas- explicaciones al día siguiente, cuando todos los focos se centraron por fin en ellos.
Los desnutridos argumentos de las otras
dos grandes formaciones para pronunciar un "no" carente de
toda justificación posible, hicieron que la investidura de Sánchez
fuese rechazada. De Podemos no sorprende, pues ya hemos visto alguna que
otra reacción pueril por parte de sus dirigentes cuando no se les ha dado lo que han exigido.
Sin embargo, me extraña que el Partido Popular declinara la oferta,
ya que en esas 67 páginas de medidas, no muchas distan del ideario
de los populares, que podrían haber tenido voz y voto en ese acuerdo
si así lo hubieran deseado. Un acuerdo que desde el principio estuvo
abierto a nuevas ideas, modificaciones y propuestas, pero que por
desgracia, fue repudiado directamente por los otros dos grandes partidos que ni siquiera intentaron modificarlo, aún habiendo estado invitados a ello.
La ausencia de intenciones ocultas por
parte de las personas que componen sus filas es otro de los muchos motivos
que me llevarían a depositar, una vez más, mi confianza en
Ciudadanos. Demasiados han sido los intentos de manipulación afirmando
que Ciudadanos ha supeditado el pacto a la obtención de sillas, sin embargo, la realidad es que
Albert Rivera no ha reclamado ningún ministerio ni se ha interesado
por pelear con Sánchez la vicepresidencia -tan anhelada por
algunos-, sino que lo único que ha motivado el pacto ha sido el
deseo de que España tenga Gobierno y arranque así la legislatura.
Los puestos a desempeñar no interesan en el seno de la formación
naranja, al contrario que en otros partidos, donde antes incluso de
hablar de medidas, ya se encontraba encima de la mesa un suculento
reparto de carteras ministeriales. Sin embargo, es más fácil que
algunos, con actitud engañosa acusen a Girauta, por poner un ejemplo entre tantos, del chantaje que
ellos mismos practican. También es fácil cargar contra el único partido
que se ha manifestado abiertamente a favor de un gran pacto por la
educación cuando se abstiene en la paralización de la LOMCE, sin
pararnos a pensar que es una decisión lógica pues ni hay Gobierno,
ni existe de momento una alternativa pragmática a esa ley. Se toman en serio la educación, pilar fundamental de nuestra sociedad, y así lo demuestran cuando se niegan a entrar en el espectáculo político y la demagogia. Y es que para reformar nuestro sistema educativo, no hace falta votar para paralizar una ley, sino más bien elaborar una propuesta educativa consensuada, sólida y trabajada.
Convendría también puntualizar que, si Rajoy
hubiera decidido intentar la investidura, Rivera se hubiera sentado
con él a negociar, pero resulta que está más confortable en su
despacho de la calle Génova esperando a que se agote el tiempo y se celebren nuevas elecciones en las que convencido está de que mejorará sus resultados. Hoy, a Rivera lo llaman veleta, pero yo
prefiero llamarlo valiente.
Por todo ello, volvería a votar a
Ciudadanos.
Lo que se dice en una campaña electoral a los ciudadanos luego tiene que tener un alto grado de cumplimiento porque si nó el votante se siente engañado y defraudado. Me parece muy bien que con este escrito se intente volver a recolocar a Albert Rivera y a ciudadanos donde estaba antes de las elecciones, pero eso ya no es posible, ya que, yo antes le creí y ahora ya no puedo. ¿motivos? Evidentes...¡ Ha hecho lo contrario de lo que dijo que iba a hacer! Y eso se llama pérdida de credibilidad. A mí no se me engaña dos veces. No debí marcharme de la mano de Rajoy, quien ha demostrado firmeza y lealtad a sus votantes antes de las elecciones y desde el día siguiente de las mismas hasta hoy. Para mí eso es ser una persona creíble. El sr Rivera no me engañará más. Enhorabuena por su análisis, pero discrepo y me parece yá poco creíble. Un saludo
ResponderEliminarYo lo volveré a hacer es el mejor partido y yo creo que el pacto ha sido una idea muy inteligente porque con el inmovilismo del señor Mariano Rajoy.Es más como considero que es un partido de Estado,una España con Ciudadanos en el gobierno será una España mejor.
ResponderEliminarYo confesaré que que nunca me había gustado ese mundo de la política, Ciudadanos me ha devuelto la ilusión hacia la política y hacia el país y es más me estoy planteando ingresar en la formación de Albert, porque es la única formación que defiende mis intereses,yo que soy valenciano estoy sufriendo la maldad del pancatalanismo de Compromis fue una gran ayuda que se presentarán a nivel nacional y el PP en la Comunidad Valenciana permitió que el nacionalismo campara a sus anchas no ha perdido votos por corrupción sino por esto.
Coincido en lo esencial, pero es inexcusable que un partido demócrata como PSOE no apoye que aquel que ganó las elecciones presida en gobierno. Además de que PSOE tenía que pactar con Ciudadanos si o si para demostrar que tenía capacidad para pactar, pues hubiera sido patético que no lograra pactar con nadie, y Ciudadanos queda muy bien como el único partido que llegó a un acuerdo con quien estaba al cargo de formar gobierno.
ResponderEliminarMenos mal que hay gente que se esta dando cuenta que ahora mismo Ciudadanos es lo mejor de lo mejor que hay en esta jungla politica que es España.
ResponderEliminarUn partido que esta demostrando que es el unico que quiere de verdad que halla un gobierno,que deja los personalismos y sabe ceder ante los demas,que busca reformar y mejorar y no destruir como una atila cual pollo sin cabeza y que cuya ideologia demuestra una grandisima inteligencia al darse cuenta que la izquierda y la derecha son nocivas si se aplican ambas al 100% y que la mezcla es la clave para hacerlo bien
Ojala halla gente que piense lo mismo,asi tendra mas influencia y se mande a la papelera del olvido a la banda del pelepredicador bendeburras neo-comunista de la coleta
Te sigo ;)