En este día de la Hispanidad no se me ocurre mejor forma de expresar el orgullo que siento por ser español que plasmándolo en una carta dirigida a ti, querida España.
Siglos de historia han pasado, y tus propios hijos siguen intentando derribarte. Algunos para saciar su sed de poder con tu sangre roja y gualda, y otros porque creen que tu grandeza eclipsa la oscuridad de sus corazones. Año tras año te encuentras con españoles que reniegan de sus orígenes y se avergüenzan de ser parte de ti, sangre de tu sangre. Ignorantes que parecen no recordar que tu convulso pasado fue provocado por insensibles como ellos, personas que jamás te amaron y que intentaron por todos los medios hacerte suya y de nadie más. Y no se dan cuenta de que eres de todos y cada uno de los españoles.
Tierra de pensadores y poetas, de grandes mentes y bravos espíritus, cuya memoria se encuentra constantemente profanada y prostituida por culpa de bastardos que, aún habiendo tenido el privilegio de vivir bajo tu regazo, hallan en el fondo de su ser algún rencor enquistado que les impide amarte como te mereces. Despiertas sentimientos muy diversos, y por eso algunos te desprecian, porque eres tierra de sensaciones, pasiones y arrebatos. A pesar de ello, tus sólidos cimientos morales han permitido que, a lo largo de tu historia, permanezcas erguida y curando tus heridas con cada amanecer. Heridas que, una vez cicatrizadas, muchos se han esforzado en volver a abrir, pero, extenuados, han acabado muriendo antes que tú.
Hoy te acechan vendavales de terror, de insolidaridad y de desprecio por parte de desquiciados cuyo único fin, después de vislumbrar la solidez de tus fronteras y la valentía de tus gentes, es el de romperte en mil pedazos, sea como sea, para obtener un poder que no les ha sido otorgado y que no están capacitados moralmente para asumir. No podrán. No podrán porque no son más que otra piedra en el arduo camino de tu historia. No podrán porque tus manos están curtidas en mil batallas que has librado contra los que te han traicionado. No podrán porque en tu seno albergas el alma del ave fénix, capaz de resurgir de sus cenizas tras haber sido quemada por los fuegos del odio.
La historia se repite, y una vez más el totalitarismo vuelve a mancillar tu tierra. Irrespetuosos que buscan que vuelvas a ser lugar de distanciamiento, represión y enfrentamientos, atreviéndose a explorar senderos ocultos al margen de tus leyes para beneficio propio.
Tu pueblo responde hoy, día doce de octubre, alzando los brazos en pos de la libertad. Con orgullo decimos que todos somos españoles y que nadie nos impedirá jamás seguir siéndolo. Saldremos a la calle si hace falta, para contrarrestar la presión generada por los que quieren tu desgracia, e infundiremos tus valores allá donde vayamos. Siempre serás el eterno amor de una multitud que dará la espalda a los que te consideran su tortura.
Con tristeza digo Je suis l’Espagne, titulando así este artículo y solidarizándome con tus males. Pero sé que volverás a brillar pese a todos los intentos por ensombrecerte. Sé que volverás a florecer, y que nunca desfallecerás. No te rindas ante la crueldad ajena, porque solo el que se rinde está derrotado.
Feliz día, España.
*En memoria del teniente fallecido hoy 12/10/17 en un accidente aéreo en Albacete. DEP.